La Asociación De España de Fabricantes de Vehículos y Camiones (ANFAC), representando a la industria de España de la automoción, rechaza de plano el proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, en la medida que establece un plan para conseguir la descarbonización del transporte en 2040 «excesiva en sus objetivos y acelerada en sus plazos», en opinión de ANFAC.
La Ley establece que, desde el año dos mil cuarenta no se dejará la matriculación y venta en España de turismos y automóviles comerciales ligeros con emisiones directas de dióxido de carbono. Esto supone la prohibición directa de comercialización de automóviles diésel, gasolina, GNC y GLP y también híbridos en sus tipologías.
En la práctica, esto significa ir a la contra del principio de neutralidad tecnológica protegido al límite por la UE. Desde el instante mismo de aprobación de la Ley, prohíbe cualquier subvención que favorezca el consumo de comburentes fósiles. Esto quiere decir que solo se van a poder subvencionar los automóviles eléctricos puros, con lo que desactiva los presentes planes de apoyo al vehículo alternativo y discrimina, desde ahora, a una tecnología limpia y eficaz en frente de otras, que deben servir de puente para lograr la movilidad cero y bajas emisiones.
ANFAC destaca que «la industria está plenamente comprometida con la descarbonización del parque automovilístico» mas que la transición hacía «una movilidad cero y bajas emisiones» debe ser «ordenada, justa y rentable, desde el punto de vista social y económico», explicó su vicepresidente ejecutivo, Mario Armero.
La asociación de fabricantes de vehículos ANFAC asegura que el Gobierno «no ha contado con la opinión de las asociaciones del ámbito ni de los sindicatos» en el momento de escribir este proyecto cuando el tiempo entre ministerios y asociaciones era «de total interlocución y cooperación», plasmado en las negociaciones para la constitución del Consejo Estratégico de la Automoción, de cara a producir un Pacto marco para el ámbito y la industria.
ANFAC ha citado en próximas datas a su Comisión de Estrategia
Para ANFAC, este proyecto de Ley tiene una serie de implicaciones económicas, laborales, sociales y de políticas de movilidad, con severos impactos en el tejido industrial de España de la automoción, las ofertas de neumaticos y ventas regulares de neumaticos, que representa el diez por ciento del Producto Interior Bruto y el nueve por ciento de la población activa del país.
Supone enfrentar una reconversión industrial completa y acelerada de las factorías españolas en conjunto, lo que precisa de unas esenciales medidas de acompañamiento, con inversiones industriales y en tecnología, que eviten que las plantas pierdan competitividad y empleo, medidas que ya se ignoran.
La asociación respalda al límite el desarrollo de los automóviles cero y bajas emisiones, mas comprende que estas tecnologías precisan de un ambiente estable y un marco regulativo concreto. «Sin un plan de medidas de acompañamiento, que verdaderamente apuesten por una transición industrial en las factorías españolas y que impulsen la venta de estos automóviles de forma masiva, no es viable el cumplimiento de estos objetivos», aseveró el vicepresidente.
La medida se equipara con las prohibiciones establecidas en R. Unido y Francia, que prohíben la venta en datas afines de los automóviles de combustión. Mas no tienen presente que R. Unido ha aprobado un plan estructural de apoyo a la adquisición de automóviles alternativos y de administración de infraestructuras de recarga de mil quinientos millones de libras. Como Alemania, que aprobó a fines de dos mil diecisiete un plan dotado con mil millones de euros. España solo ha dedicado setenta y 4 con cinco millones de euros a estos planes en 5 años y en el último año, no ha aprobado ningún programa de ayudas.
El impacto social de la adaptación de las cadenas de producción cara la fabricación de automóviles de nulas o bien bajas emisiones es fundamental. Recientes estudios han cuantificado que para cumplir con una cuota de mercado del veinticinco por ciento de automóviles eléctricos, el uso se podría reducir en un once por ciento y para lograr una cuota de mercado de los automóviles eléctricos del cuarenta por ciento , el impacto sobre el uso sería del dieciocho por ciento . Este porcentaje toma en consideración los nuevos trabajos generados en torno a la electrificación y la tecnología de baterías, mas no incluye el impacto sobre la utilización indirecto. Se calcula que por cada puesto directo en las factorías de automóviles se crean 4 en las factorías de componentes y entre 7 y 8 en el ámbito servicios.
Mas, además de esto, el marco regulativo actual en términos medioambientales ya obliga a los fabricantes a hacer inversiones muy importantes en mejoras tecnológicas. Esta normativa establece una data de caducidad para estas mejoras que no deja la amortización y el ROI.
Más exigente que la UE
Este propósito de descarbonización va por encima de las demandas medioambientales de la UE, que negocian una reducción de entre el treinta por ciento y el cuarenta por ciento de emisiones de CO2 para el horizonte dos mil treinta. La asociación no entiende por qué razón se introducen medidas más severas para un país como España cuando solo los objetivos europeos ya marcan una ruta muy ambiciosa cara la movilidad cero y bajas emisiones.
En verdad, ANFAC estimó que el primer impacto en un corto plazo va a ser exactamente sobre el mercado y la demanda de automóviles de combustión. «Estos anuncios retraen de forma substancial la adquisición de vehículos, como ya pasa en el caso de los motores diésel», explicó Armero. La cuota de mercado de los vehículos impulsados por este comburente está en mínimos, apenas un treinta y tres por ciento en el mes de octubre, una participación de mercado no registrada desde mil novecientos noventa y cinco. Este efecto puede contagiarse sobre el conjunto de los automóviles de combustión, paralizando el mercado.
Descarbonización del parque en dos mil cincuenta
La normativa establece que en dos mil cincuenta no circularán automóviles que tengan ninguna emisión contaminante ni de CO2. Esto supone renovar el parque automovilístico en conjunto en ese plazo, con la falta, nuevamente, de un plan de achatarramiento radical.